¿Qué hacemos con nuestra sociedad?

Artículo publicado en El Diario Montañés el 28-07-2014 dentro de la serie "Qué está pasando en España"

Mi punto de vista es el de un simple ciudadano, no el de un sociólogo, politólogo, ni economista.

No me referiré a un ámbito determinado. Hablaré de lo que creo que son los problemas comunes de nuestra sociedad.

Existe una tendencia muy definida a la globalización de los errores. Esa generalización de “lo mal hecho” se produce por desconocimiento (a los poderes públicos les interesan las personas ignorantes y manipulables), por comodidad (tendencia a la “ley del mínimo esfuerzo”), por prisa (queremos  conseguir todo y ya mismo) o por ahorro (nos gusta lo “gratis”, las rebajas, lo barato a corto plazo). El afán de lucro por obtener beneficios inmediatos y el negocio fácil, está detrás de la mayoría de los errores. Por el contrario, los aciertos se producen de manera localizada y se mueven por principios, son lentos, y sólo son “rentables” a largo plazo (más allá de los cuatro años de unas elecciones).

Pienso que una de las causas de los comportamientos equivocados es la incoherencia. Ojo, me refiero  tanto en los personajes públicos como en cada uno de nosotros. Decía Gandhi que “La felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace están en armonía”. Decimos que “la alimentación es muy importante” pero no apostamos por la comida ecológica (con excusas variopintas). El “medio ambiente nos preocupa mucho” pero derrochamos agua, energía o consumimos compulsivamente. Por supuesto que “no somos xenófobos” pero el trabajo y la sanidad primero para “los nuestros”. El listado de nuestras incoherencias sería casi interminable. No podemos acusar a los políticos cuando nosotros, cada uno a su nivel, caemos en comportamientos incoherentes que debiéramos revisar.

Otro de los problemas es el de la falta de una  auténtica participación social que implica confianza en las posibilidades colectivas. Nos han hecho creer que no estamos preparados, que solos no podemos organizarnos y que necesitamos líderes fuertes que nos guíen que nos organicen y dirijan. Nos echamos en las manos de los partidos, los medios de comunicación y de aquellos que manejan a ambos, los auténticos amos del cotarro, el poder económico. El 15M supuso un cambio de tendencia que nosotros podemos consolidar mientras otros quieren enterrar.

Tratan de ofrecernos “pan y circo” y con la crisis, a falta de pan, más circo: televisión, “la roja”, toros, fallas, sanfermines, chupinazos,... Lo resumiríamos en “fuegos artificiales”.

La crisis económica ha variado algunos hábitos, pero no los principios. Cuando la situación económica mejore seguiremos con los mismos errores, no aprenderemos. No interesa que aprendamos. ¡Ójala me equivoque!

Como dice la Declaración Universal de Derechos Humanos, entre otros muchos, tenemos derecho a la educación, alimentación, vestido, vivienda, sanidad, servicios sociales y seguros de desempleo, enfermedad, invalidez, viudedad, jubilación y otros casos de pérdida de los medios de vida.

Sin ser exhaustivo, enumeraré brevemente cinco problemas de nuestra sociedad:

1. No se confía en la educación pública. Se reducen las inversiones en la enseñanza pública y aumentan en la concertada, se prioriza la instrucción frente a la formación, los controles cuantitativos y externos frente a la evaluación cualitativa e interna, se opta por el dirigismo frente al control democrático de la Comunidad Educativa.
2. La salud no es una prioridad. Se reducen los recursos para la sanidad pública, se sigue apoyando la comida basura, el tabaco es un negocio del estado, el deporte base es residual frente al deporte-espectáculo.
3. Los servicios sociales de un estado “supuestamente social” no son capaces a atajar la pobreza infantil, los desahucios, la atención a las personas con discapacidad, a los dependientes, a la  tercera edad, a los inmigrantes...., a los parados. La desigualdad, la falta de equidad está constatada por Cáritas, UNICEF, Ayuda en Acción, Intermon, Save the Children,...
4. El medio ambiente no es rentable políticamente y se opta por el fracking, el negocio de las energías fósiles y de la nuclear, las construcciones en la costa, la sobrepesca, los pesticidas, plaguicidas,...
5. La calidad democrática está resentida por instituciones del estado no democráticas, por privilegios (aforados, consolidación de complementos de altos cargos, “puertas giratorias”), por la corrupción, el despilfarro y el recorte de libertades.

Podemos mejorar mucho nuestra sociedad, difundir las buenas prácticas, ganar en coherencia, participar socialmente, aprender de los errores, luchar por la educación, por la salud, por los servicios sociales, por el medio ambiente y por la calidad democrática de nuestra sociedad.

Claro que podemos.

Notas:

• El presente Blog se titula "Podemos si queremos" (creado en 2009)
• La serie de artículos lo solicitaron a personas que habitualmente no opinan en los medios de comunicación.